LA MEZCLA SECRETA
El primer día de la Competición sin Pildoras el Jefe Eficaz llegó puntualmente a la reunión con su nuevo grupo de funciones diversas, seleccionado por el jurado independiente, que estaba programada para las ocho de la mañana, pero a las ocho y cuarto seguía solo en la sala de conferencias.
La gente empezó a entrar, poco a poco, la mayoría con cara de sueño. Nadie saludó al Jefe Eficaz ni nadie le dirigió siquiera una sonrisa.
—Bueno, me alegro mucho de conoceros —dijo el Jefe Eficaz.
Sus palabras fueron recibidas con miradas perdidas y caras de pocos amigos.
dan compartirlo con otras personas que se beneficiarán del mensaje y los conocimientos que comporta. Hay que recordar que el liderazgo no es algo que se hace a las personas, sino algo que se hace con ellas. Un saludo,
Ken y Marc San Diego, California
EL DESCUBRIMIENTO
Un día soleado, en el mundo de la gran empresa estadounidense, las Industrias de la Pildora del Liderazgo (IPL) inauguraron su primer centro de producción con un anuncio del que inmediatamente se hicieron eco los medios de comunicación del país entero: «Todos los atribuios del liderazgo eficaz condensados en una pildora».
Los muchos años de investigación y de estudios piloto linalmente habían dado resultados. La empresa había bautizado su producto pionero con el acertado nombre de Pildora del Liderazgo y tenía previsto distribuirlo a escala nacional.
—Estoy seguro de que todos sentís curiosidad por saber un poco más sobre la Competición sin Pildoras —continuó, sin hacer caso al frío recibimiento.
—Pues sí. Por ejemplo, por qué nos han elegido para este equipo y no para el otro —dijo en tono quejumbroso Javier Robles, de recursos humanos—. Si tú no tomas la pastilla y el jefe de los otros se pone hasta las cejas, no tenemos nada que hacer. Dentro de doce meses todos estaremos buscando trabajo y nadie querrá contratarnos. Nos llamarán «los perdedores sin pildoras» el resto de la vida.
—Verás, Javier —replicó el Jefe Eficaz al ver el nombre en la tarjeta de identificación—. Sería la primera vez que conozco a un grupo de personas que no pueden formar un equipo de alto rendimiento, entregado, desde que aprendí la Mezcla Secreta del liderazgo eficaz.
—¿La Mezcla Secreta? Parece un nuevo brebaje de la cadena Starbucks —replicó Javier riendo—. ¿Y qué vas a hacer? ¿Dejarnos torrefactos como el café para que nos sometamos?
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