viernes, 24 de abril de 2009

LA BÚSQUEDA DE LA INTEGRIDAD parte2

El equipo no tuvo el menor problema para confeccionar las listas. Al examinar el ejercicio, el Jefe Eficaz se rodeó de algunos miembros del equipo para leer los resultados. «Un trabajo interesante» figuraba como lo más positivo; a continuación «un sueldo decente» y «condiciones de trabajo agradables». La lista de lo negativo iba encabezada por «promesas incumplidas», y siguiendo muy de cerca «falta de espíritu de equipo» y «escaso reconocimiento de los logros».

—¿Y si nos centramos en lo bueno? —sugirió Li Young Kitoko.

—Tenemos que saber qué es lo que no funciona para descubrir dónde hay que empezar a mejorar. Un aspecto clave de la integridad consiste en tener la suficiente confianza mutua como para compartir nuestros puntos fuertes y nuestros puntos flacos. Cuando sabemos que no nos van a derrotar por nuestras deficiencias, podemos buscar fórmulas para mejorar —dijo el Jefe Eficaz.

Mientras los miembros del equipo intentaban buscar métodos para reforzar el respeto y la confianza, empezó a ponerse de manifiesto la relación entre el valor de la integridad de la Mezcla Secreta y la capacidad para trabajar eficazmente como equipo.

Se esforzaron por ganarse el respeto de sus compañeros de trabajo y del Jefe Eficaz escuchando activamente y echando una mano a los demás por iniciativa propia. En las subsiguientes reuniones de personal hicieron inventario de lo que habían conseguido, pero también de los asuntos en los que no habían dado la talla. Poco a poco fue desarrollándose un sentimiento de confianza entre los miembros del equipo y entre ellos y el Jefe Eficaz. También él hacía su aportación para enriquecer la creciente cultura de integridad.

En la siguiente reunión, el Jefe Eficaz observó:

—Muchos directivos aseguran seguir una política de puertas abiertas cuando en realidad tienen las puertas cerradas a cal y canto. Cuando no están escondidos en su despacho o en una comida de trabajo que dura tres horas, la cara de pocos amigos que te ponen equivale a «prohibido el paso». La gente nunca sabe cómo localizarlos.

—Has descrito perfectamente a los jefes que hemos tenido antes que tú —dijo Mo Zellinger—. Pero ¿cómo sabemos que no has heredado esa actitud?

—Mo, los jefes que mantienen la promesa de ser realmente accesibles a sus colaboradores lo consiguen eliminando todas las conjeturas. Demuestran su integridad actuando de acuerdo con los valores que exigen a sus equipos. Esto pone de relieve la importancia de que vosotros y yo mantengamos los valores de la Mezcla Secreta —dijo el Jefe Eficaz, y a continuación escribió en la pizarra:

"Estarán más dispuestos a confiar en ti y a respetarte cuando lo que dices coincide con lo que haces."

A continuación el Jefe Eficaz desveló un sistema de planificación para conectarse con él por ordenador, y estableció, según sus propias palabras, la política de los lunes sin reuniones.

—Cuando la pongamos en marcha, tendréis acceso directo a mi planficación. Daos cuenta de que no estoy programando reuniones ni conferencias para los lunes —dijo—. Así podré dedicar al menos un día entero todas las semanas a sesiones de preparación individuales y a charlas informales con vosotros. A medida que vayamos trabajando juntos (y mientras vosotros confiéis en mí y yo en vosotros) probablemente no tendré que dedicarle tanto tiempo.

Al equipo le encantó comprobar que el Jefe Eficaz cumplía lo que prometía, reflejo de su compromiso con el valor de la integridad de la Mezcla Secreta. De todos modos, aún vacilaban un poco, sin saber si debían confiar plenamente en él cuando se acercaba el final del primer trimestre de la Competición sin Pildoras.

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