LA ECLOSIÓN
Los rumores que se propagaron tras la rueda de prensa desencadenaron aún más agitación. Los pedidos inundaron las ÍPL, y en todos los sectores de la industria se desbordo el interés por el producto.
En tan solo una semana, el portal pildoralideraz-|0 com recibió más de siete millones de visitas. Según las pi nueras estadísticas, la pildora ya se estaba vendiendo mejor que el Viagra.
Poco después, las IPL lanzaban su nuevo eslogan: «La Pildora del Liderazgo, para cuando se siente la necesidad
de mandar».
La campaña publicitaria de las IPL, desplegada a múltiples niveles, llegó a un público muy diverso. Las empresas de distribución hicieron cola para obtener derechos exclusivos y se crearon consorcios para asegurar los precios en función del volumen de ventas.
Siguiendo el mismo modelo, una serie de empresas independientes formaron organizaciones de la Pildora del Liderazgo para ejercer su influencia. Las empresas mayoristas empezaron a forjar estrategias de asociación con las IPL.
La pildora arrasó. Según una encuesta realizada en todo el país, el 87 % de los ejecutivos estaba a su favor.
La púdora causó gran revuelo incluso en los organismos gubernamentales, donde los escépticos habían vaticinado una escasa penetración en el mercado.
Al portal de pildoraliderazgo.com llegaban diariamente los testimonios de clientes satisfechos, tales como:
Cuando me paro a pensarlo, me doy cuenta de que desde que soy jefe me he pasado la mayor parte del tiempo intentando seguir adelante, sobrevivir. La Pildora del Liderazgo me ha cambiado la vida. Ahora, en lugar de reaccionar, tomo la iniciativa, tomo decisiones con plena confianza. Gracias, IPL.
Jill, Mineápolis, Minnesota Subdirector de operaciones, Astor Pharmaceuticals
Acaban de ascenderme a jefe de grupo y voy a toda pastilla. La Pildora del Liderazgo es la auténtica salvación.
Rob, Ciudad de Nueva York, Nueva York Jefe de grupo del Metropolitan Service, JLC
Resulta difícil imaginarse la vida sin la Pildora del Liderazgo. ¿Cómo funcionábamos antes de su aparición?
Terry, Den ver, Colorado Director de ventas, estación de esquí de Powder Basin.
En cuestión de meses, las Industrias de la Pildora del Liderazgo empezaron a cotizar en Bolsa y contrataron a un equipo de profesionales para que supervisaran la curva de crecimiento. Pildoraliderazgo.com pasó a ser no solo el foco de ventas, sino también de información sobre vídeos, cintas y libros de autoayuda.
El entusiasmo se contagió a todos los sectores. Las innovaciones del producto entraron en el mercado sin tardar: pildoras de colores a gusto del consumidor, comprimidos de gelatina e incluso dosis de mayor duración para jefes con mucho trabajo.
Las empresas familiares proliferaron como setas: talleres, grupos de apoyo y de consulta. Los asesores financieros aprovecharon la ocasión para elevar las iniciativas de la pildora del alto rendimiento a las prioridades de sus clientes. Al cabo de poco tiempo se desarrollaban programas de concienciación sobre la Pildora del Liderazgo prácticamente en todas las grandes empresas.
Mientras tanto, los fundadores de las IPL se embolsaron la mayoría de sus acciones preferentes, al igual que los numerosos empleados de la empresa que habían estado allí desde el principio. Los mandarines de Wall Street empezaron a llamarlos «pildomillonarios», mientras que los analistas se planteaban si esas ventas a tope no serían un presagio de lo por venir.
Pero las ventas de la pildora siguieron aumentando. De momento, el futuro de las IPL parecía de lo más prometedor.
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